Descubren una gigantesca burbuja de roca incandescente bajo África que podría partir el continente en dos

Hallaron evidencia inequívoca de una gigantesca columna de magma ascendente desde el núcleo terrestre bajo África oriental. Esta superpluma estaría impulsando una transformación geológica profunda que podría culminar con la ruptura del continente en los próximos millones de años.

África continente geología
En un lapso de entre 5 y 10 millones de años, el este de África podría separarse para dar origen a un nuevo océano.

Un reciente estudio científico acaba de revolucionar nuestra comprensión sobre la evolución geológica del continente africano. Publicado en la prestigiosa revista Geophysical Research Letters, el trabajo presenta la primera evidencia geológica concluyente de una superpluma que se eleva desde la frontera entre el núcleo y el manto de la Tierra, extendiéndose por debajo del este de África.

Este fenómeno, poco común y de proporciones colosales, consiste en una masa de roca caliente y poco densa que asciende desde las profundidades más remotas del planeta. Su presencia bajo África no solo confirma teorías largamente debatidas en la comunidad científica, sino que podría ser la clave para comprender una futura fragmentación del continente.

Neón del inframundo

La investigación fue liderada por la Universidad de Glasgow en colaboración con la Geothermal Development Company de Kenia, y se basó en el análisis de gases emanados por el campo geotérmico de Menengai, una caldera volcánica activa ubicada en el centro del Valle del Rift. La clave del descubrimiento radica en la “firma isotópica” del neón presente en esos gases.

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Gases volcánicos revelan contundentes indicios de una superpluma bajo el este de África. Crédito: Universidad de Glasgow.

Los resultados mostraron que los isótopos de neón analizados poseen una composición que coincide con la del manto terrestre primitivo, sin alteraciones desde su origen profundo. Lo más sorprendente es que esa misma firma fue hallada en volcanes del Mar Rojo, Etiopía y Malawi, lo que indica que una misma fuente geotérmica nutre de magma a miles de kilómetros de distancia.

Para los geólogos, este tipo de evidencia representa un antes y un después. Durante décadas se debatió si la actividad volcánica y la dislocación tectónica en África oriental respondían a causas superficiales o profundas. Hoy, gracias a estos datos, la respuesta es clara: el motor del cambio está en el corazón mismo del planeta.

El continente que se eleva (y se parte)

Las consecuencias de esta superpluma no se limitan al subsuelo. La presión térmica que ejerce hacia arriba ha provocado una elevación significativa del relieve en la región oriental del continente africano. Mesetas, cordilleras y volcanes activos son manifestaciones de ese empuje constante desde abajo.

Pero hay más: esta elevación también ha modificado el clima regional, influido en la biodiversidad e incluso, según algunos paleontólogos, pudo haber favorecido el desarrollo del bipedismo en nuestros ancestros, al crear un entorno fragmentado que exigía nuevas formas de desplazamiento.

En un lapso de entre 5 y 10 millones de años, el este de África podría separarse para dar origen a un nuevo océano.

A nivel tectónico, los efectos son aún más dramáticos. La corteza terrestre en áreas como la depresión de Afar ya muestra signos de estiramiento y adelgazamiento. Grandes fracturas, lagos lineales y una alta actividad sísmica son señales inequívocas de que el continente se encuentra en proceso de escisión. Según los modelos geológicos, en un lapso de entre 5 y 10 millones de años, el este de África podría separarse para dar origen a un nuevo océano.

Energía, riesgos y futuro

Este descubrimiento no solo tiene implicancias científicas. Las regiones con alta actividad geotérmica, como Menengai, representan una fuente valiosa de energía limpia y renovable. Kenia ya aprovecha este recurso para generar una parte significativa de su electricidad, y el nuevo conocimiento sobre el origen profundo de estas reservas podría potenciar aún más su desarrollo sostenible.

Sin embargo, también hay riesgos. Las superplumas están asociadas a eventos extremos como terremotos, erupciones masivas o la liberación de gases tóxicos. Comprender su estructura y dinámica es esencial para anticipar y mitigar desastres naturales.

Un vistazo al corazón de la Tierra

Este hallazgo marca un hito en la geología moderna. No solo confirma la existencia de una superpluma bajo África, sino que también nos obliga a repensar la historia y el futuro del continente. Lo que hoy parece tierra firme y estable está, en realidad, siendo moldeado por fuerzas profundas y lentas, invisibles al ojo humano, pero capaces de reconfigurar continentes enteros.

Referencia de la noticia:

Biying Chen et al, Neon Isotopes in Geothermal Gases From the Kenya Rift Reveal a Common Deep Mantle Source Beneath East Africa, Geophysical Research Letters (2025). DOI: 10.1029/2025GL115169